La pasión por el skate es tan grande y poderosa que es capaz de arrastrar a millones de personas por todo el mundo, como consecuencia de ellos la industria que existe detrás de este deporte patrocina a patinadores, crea competiciones e infraestructuras para que se pueda desarrollar el skate en perfectas condiciones.
El fotógrafo Richard Gilligan trabajaba en un empresa relacionada con el sector, cansado de ver tanto hedonismo y “postureo” dentro de la industria decidió volver a los orígenes y captar la esencia y la pasión auténtica del skate.
Viajó por todo el mundo en busca de “skaters” que patinaba simplemente por puro placer, en busca de skateparks construidos sin medios, construidos solamente por la constancia y el deseo de los jóvenes.
El resultado de estos viajes es “DIY” un libro donde se recogen algunos de estos lugares esparcidos por el mundo donde la esencia del skate sigue por encima de cualquier otra cosa.
