Los lienzos del gerundense Xevi Vilaró no dejan indiferente a nadie. Sus meticulosas pinturas de escenas cotidianas con tintes surrealistas son un juego entre el amor y la destrucción, una amalgama de sentimientos contradictorios que explotan en la cabeza del espectador. Vilaró presenta a personajes desprovistos de alma y rodeados de caos. Pese a esta imagen tan negativa de la sociedad, dentro de tanta violencia, de la hipocresía y avaricia se vislumbra un resquicio de luz.
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