Philippe Halsman es sin lugar a dudas uno de los fotógrafos más originales de todo el siglo XX. Nació en 1906 en la ciudad de Riga y, antes de dedicarse a la fotografía, estudió ingeniería eléctrica en Dresden. En su juventud fue acusado de parricidio, por lo que pasó 2 años en la cárcel. Unos años más tarde, en 1928 se trasladó a París donde se estableció como fotógrafo de moda y retratista independiente colaborando para la prestigiosa revista Vogue, y en 1940 en plena Segunda Guerra Mundial, se marchó a Estados Unidos donde pronto comenzó a trabajar para la revista Life.
Halsman es el autor de una serie de fotografías mundialmente conocidas llamadas Jump Pictures, donde todos sus personajes están en el aire saltando frente a la cámara. Esta serie es característica del humor ingenioso que rodea todo el trabajo de Halsman, que pretendía conseguir la naturalidad de sus modelos, que al saltar el cerebro no puede controlar con total precisión la expresión del rostro. En el transcurso de su prolífica carrera en América, Halsman produce reportajes y cubre la mayoría de las revistas más importantes de América, incluyendo un récord de 101 portadas para la revista Life. Sus asignaciones lo llevaron cara a cara con muchas de las principales personalidades del siglo.
Su amistad con Salvador Dalí y su cercanía al mundo surrealista empaparon gran parte de sus fotografías. Ambos trabajaron juntos durante más de 30 años.
Halsman consiguió como nadie expresar las ideas del artista catalán a través de sus imágenes.
En 1945 fue elegido como el primer presidente de la Sociedad Americana de Fotógrafos, donde lideró la lucha por los derechos creativos y profesionales de los fotógrafos. Su obra pronto se ganó el reconocimiento internacional, y en 1951 fue invitado por los fundadores de Magnum Photos para unirse a la organización como un “miembro activo“, por lo que podían sindicar su trabajo fuera de los Estados Unidos.