Esta es una de esas cosas que te cuentan y no terminas de creértelas, sin embargo, incluso cuando tienes las pruebas en las fotos, vídeos incluso en Google Maps, cuestionas la realidad. Bienvenidos a Nagoro, un pequeño pueblo enclavado en los valles de Shikoku, Japón, un lugar donde los ancianos residentes están siendo reemplazados por muñecos de tamaño natural. El trabajo es parte de un proyecto de la artista Ayano Tsukimi que regresó a su aldea después de 11 años y descubrir que muchos de sus antiguos vecinos y amigos se había ido a las grandes ciudades o simplemente pasaron a mejor vida. La ciudad en sí está muriendo con una población cada vez menor(35 personas). Un día, Tsukimi construyó un espantapájaros con la imagen de su padre y de repente se le ocurrió la idea de sustituir a otros amigos y miembros de la familia con muñecos similares. Más de 350 muñecos y 10 años más tarde, su trabajo continúa. Coloca cada muñeco en un lugar que cree importante para la memoria de esa persona. El director de cine Fritz Schumann visitó recientemente a la artista y nos trae este cortometraje documental para que veáis el espectacular y mal rollero trabajo. Via: The verge
Esta es una de esas cosas que te cuentan y no terminas de creértelas, sin embargo, incluso cuando tienes las pruebas en las fotos, vídeos incluso en Google Maps, cuestionas la realidad. Bienvenidos a Nagoro, un pequeño pueblo enclavado en los valles de Shikoku, Japón, un lugar donde los ancianos residentes están siendo reemplazados por muñecos de tamaño natural. El trabajo es parte de un proyecto de la artista Ayano Tsukimi que regresó a su aldea después de 11 años y descubrir que muchos de sus antiguos vecinos y amigos se había ido a las grandes ciudades o simplemente pasaron a mejor vida. La ciudad en sí está muriendo con una población cada vez menor(35 personas). Un día, Tsukimi construyó un espantapájaros con la imagen de su padre y de repente se le ocurrió la idea de sustituir a otros amigos y miembros de la familia con muñecos similares. Más de 350 muñecos y 10 años más tarde, su trabajo continúa. Coloca cada muñeco en un lugar que cree importante para la memoria de esa persona. El director de cine Fritz Schumann visitó recientemente a la artista y nos trae este cortometraje documental para que veáis el espectacular y mal rollero trabajo. Via: The verge