Claudio Oliverio es un fotógrafo freelance de origen italo-alemán, nacido en la ciudad de Dortmund, y que reside en Berlín, pero la mayor parte de su obra ha sido realizada en Rusia. El traslado a Rusia se produjo debido a que conoció a una chica de allí y se fue con ella nada más que con su cámara y una maleta. Estuvo trabajando como caza talentos para varias agencias de modelos y lo que comenzó siendo unas “pruebas” de chicas en sus casas acabó transformándose en una fascinación por el “alma” rusa y su mentalidad.
Cada modelo fue muy diferente en términos de carácter y de historia de vida, y que a menudo pasaban varias horas juntos: hablaban, filosofaban, y, a veces incluso bebían un poco de vodka… por ello después de un tiempo juntos, las imágenes ya no eran sólo para una agencia de modelos, sino que eran un retrato personal y una instantánea del tiempo que pasamos juntos.
Claudio explica que en Moscú el invierno consume a la gente con su cielo gris y la nieve, por ello intentan hacer cosas diferentes para sentirse vivo. Para Claudio la fotografía es una especie de estilo de vida, no sólo un trabajo ya que trata de mostrar no sólo su personalidad, sentimientos y preguntas; sino que también le sirve para traducir su percepción de lo humano frente al espectador. Una imagen de moda no sólo ilustra la ropa o los accesorios, sino que también incorpora una parte de la personalidad de la modelo.