A sus casi 70 años, Toshio Saeki sigue fascinando con sus sensuales dibujos y pinturas. Violencia, perversión y los tabúes más arraigados del ser humano son una constate en su obra, que aúna la tradición japonesa con el arte erótico. “Simplemente deseo sorprender a la gente, hacerla sentir feliz y llegarles profundamente. Para lograrlo utilizaré todos los medios que sean necesarios y jamás limitaré mi mente”, sentencia Saeki. Sus dibujos simples, directos y naturales han conquistado a los aficionados al ‘shunga’ (arte erótico japonés) y no es para menos. Escandalosamente brillante.
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