“A veces siento como si […] el mundo fuera un lugar para el que he comprado una entrada. Un gran espectáculo dirigido a mí, como si nada fuera a suceder a menos que yo estuviera allí con mi cámara.” Garry Winogrand.
Garry Winogrand (1928-1984), nació en Nueva York, donde vivió y trabajó durante gran parte de su vida. Winogrand fotografió la cacofonía visual de la ciudad las calles, pionero de la fotografía callejera (“street photography”). Garry realizó estudios de pintura en el City College de Nueva York y en 1948, pintura y fotografía en la Columbia University de Nueva York. En 1951 asistió a las clases de fotoperiodismo impartidas por Alexey Brodovitch en la New School for Social Research de Nueva York. Posteriormente él mismo dictó clases de fotografía en la Universidad de Texas de Austin y en el Art Institute of Chicago, siendo de gran influencia para sus estudiantes.
El trabajo de Garry Winogrand estaba influido por fotografos de la talla de Walker Evans y Henri Cartier-Bresson, aunque sus estilos sean muy diferentes. Winogrand nunca buscaba una “foto bonita“. La capacidad de anticiparse al suceso y la habilidad para tomar la fotografía con rapidez son las dos características más destacadas de los practicantes de la “street photography” y Cartier-Bresson está considerado en este sentido no sólo uno de los pioneros sino también el mejor en ambos aspectos, siendo su texto “El momento decisivo” uno de los más influyentes.
Winogrand realizó un retrato exhaustivo de la Norteamérica de los años 60 y 70 de la misma manera que anteriormente lo había hecho Robert Frank. Recorría las calles de Nueva York con su cámara Leica M4 y un objetivo gran angular preenfocado. Con frecuencia su cámara estaba inclinada en el momento del encuadre lo que generaba unas fotografías con un horizonte no paralelo, lo que causaba extrañeza en el espectador. Retrataba las miserias y grandezas de la condición humana, así como un amplio abanico de emociones. Lo resumió observando que, «cuando fotografío, veo la vida». Con su estilo particular sentó las bases de la fotografía moderna. De acorde a los años 60, revolucionó la fotografía consiguiendo el reconocimiento definitivo como arte. Convirtió la fotografía callejera en género.
Garry Winogrand murió de cáncer en 1984, dejando más de 300.000 imágenes sin editar, muchas de las cuales ni siquiera había revelado. En concreto unos 2500 rollos de película expuesta sin revelar, 6500 rollos revelados sin contactos y 3000 rollos cuyas hojas de contactos no había mirado en absoluto. Esto hace un total de 12000 rollos que Garry Winogrand había expuesto pero no había visto en el momento de su muerte. Aproximadamente 432.000 fotos tomadas sin ser vistas posteriormente.
Podeis ver una completísima exposición en la Fundación Mapfre.